Al inicio de la enfermedad, algunos niños pueden tener constantes diarreas y dolores abdominales, mientras que otras solo presentan irritabilidad, ansiedad, falta de energía o depresión.
En ciertos casos, solo se detecta cuando se manifiestan los síntomas después de una intensa tensión emocional, tras una cirugía o después de una lesión física o una infección. Los niños suelen estar más irritables, y se puede percibir una pérdida de peso y de talla. Normalmente, presentan brazos y piernas finas y una barriga más abultada.
Los síntomas son variados, puede que no aparezcan todas, pero si pueden advertir la enfermedad:
- Diarrea crónica o estreñimiento
- Cansancio, fatiga y falta de energía
- Pérdida de peso, a pesar tener buen apetito
- Gases y cólicos intestinales
- Heces malolientes y pálidas
- Retraso en el crecimiento
- Anemia
- Hinchazón abdominal
IMPORTANTE:
Estos síntomas pueden estar causados por otros tipos de enfermedades.
Para confirmar una posible enfermedad celiaca es necesario realizar análisis diagnósticos más profundos.
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